miércoles, 19 de agosto de 2009

0 Las intrépidas aventuras de un poeta en vacaciones (tercera entrega)

Domingo 9 de Agosto

Actualizo un blog. Luego el otro. Escribo un cuento corto. Muy corto. Llamo a Julia. No responde. Y así hasta que me canso. A la mierda.

A las siete de la mañana la pierna no me deja dormir. Bajo a la cocina. Dos aspirinas. Dos cigarros. Un capítulo de cualquier libro. Se me pasa el dolor. Vuelvo a la cama.


Lunes 10 de Agosto

Me levanto a las doce. Día de playa. Nublado. Frío. A las siete a casa. Café y copita de anís en el pub que puso Uri Geller en Posada: todas las cucharillas torcidas. Pierdo mi gorra blanca de jugador de golf.


Martes 11 de Agosto

Llegan Sulle, Alicia y Nana. Comemos por ahí. Muchas historias, muchas risas. Gracias a Marisol iniciamos una estupenda Guía Estupenda del Oriente de Asturias. Posada. Niembro. Gamoneo. Mestas de Con. El Cerezo. La Robellada. Etc. Recupero, gracias a esas dotes naturales propias de mi idiosincrasia, mi gorra blanca: la llevaba en la bolsa.


Miércoles 12 de Agosto

Un sol estupendo inicia la Fiesta de los Años 20 en Benia. Los habitantes se disfrazan como en aquellos años, montan un mercado en todo el pueblo, y a vivir y ver. Me encuentro con Alfonso, un buen amigo de mis tiempos de vigilante del Parque de Santander, que se ha comprado casa en el Alto de Ortiguero, aquí cerca. Nos lo pasamos bien. Luego a la Playa de Barro. Bañito de las nenas y cañitas de los nenes. Más tarde a Llanes, que es como el Corte Inglés pero en plena calle un domingo de rebajas. Sulle intenta el suicido a cañón, pero ni yo consigo meter bien la bala ni Marisol prender la mecha. Vemos el puerto, la bocana, los cubos de Ibarrola, el Sablón y a cenar pescadito a Ribadesella.


Jueves 13 de Agosto

Una pareja de la Guardia Civil nos detiene en plena plaza. A mi por poeta con el agravante de sonetista, y a Sulle por sospechoso, directamente. Queda testimoniado el suceso en diversas fotografías. Aclarado el entuerto las autoridades nos sueltan previa admonición a la que prometemos obediencia. Comemos en San Martín, luego vamos a Abamia, donde un cadáver del cementerio se empeña en quedarse las gafas de sol de Sulle. Por raro que parezca volvemos a salir indemnes y partimos a Cangas de Onís. Subimos al puente romano e intentamos tirar desde lo alto a un gaitero pesadito, pero inexplicablemente se resiste y no lo conseguimos. Nos echan de un bar al aire libre porque queremos tomarnos sólo unas cañas, cosa que hacemos unos metros más adelante en otro. No entendemos por qué, ni lo uno ni lo otro. Volvemos a Benia y nos encontramos a Belén y Alfonso, hermanos de Marisol y sus familias respectivas. Nos vamos a cenar a Moreno, un restaurante-bar-cafetería de Benia. Setas al queso de Gamoneo, ensalada variada, probe (una especie de morcilla exquisita, mejor aún que la de Burgos), picadillo casero, algo fuerte, frisuelos al chocolate y una tarta de queso merecedora cuanto menos de un madrigal. Vino, casera y agua. Y a dormir, con jarra de Almax en la mesilla, por si acaso.


Viernes 14 de Agosto

Paz (la rica del pueblo) nos enseña su casa museo, mausoleo, acrópolis, o lo que sea. Producto de ello Sulle, Alicia y Nana salen escopetados hacia Madrid. Yo logro sobrevivir gracias a que me quedé en la puerta a fumar un par de cajetillas de tabaco mientras esperaba a que salieran. Por la tarde nos vamos con unos primos de Marisol a Oviedo a ver, en el Teatro Campoamor la zarzuela chipén La del manojo de Rosas, de Solozábal. Bien, a fin de cuentas. Luego nos vamos a la calle Gascona, que es como un parque temático dedicado a la sidra, lleno de bares y restaurantes donde a la mínima que levantas una mano, en el ademán de rascarte una oreja, llega un individuo con una botella, se la pone a una altura de tres palmos de su occipucio y deja caer un chorro de la misma que cae en un vaso grandote que, previamente ha dispuesto a dos milímetros del suelo con la otra mano. Nada más caer un poco de líquido te ofrece el vaso, que denomina “un culín” y que te lo tienes que beber de un trago hasta el final. Este rito se repite de continuo durante todo el tiempo que uno permanece sentado en una de las mesas con la sana intención de que, al levantarte de la misma, bien por tus fuerzas o por las de los chicos de Urgencias, hayas agarrado una cogorza de consideración. Para paliar en lo posible los efectos antes descritos acompañamos el citado ritual con la ingesta de algunos productos culinarios de la zona: Pollo al ajillo, parrochas, chipirones, probe, croquetas y patatas a tres salsas. Volviendo a Benia, que los de allí llaman Onís, fundamentalmente para joder a los de Cangas y de paso a toda la población del resto de España, por la carretera del interior la altura de Arriondas nos detiene la Guardia de Tráfico para hacerle soplar a Marisol en un aparatito que mide su grado de alcohol sanguíneo. Cero patatero, pueden seguir el viaje. Moraleja: por la autopista se llega antes.


Sábado 15 de Agosto

Fiesta grande en Benia de Onís. Llega la banda de gaiteros de Oviedo, que son un porrón entre figurantes, gente de gaita, tamborileros –mayoría de mujeres- vestidos de asturianos, en azul y negro. Y hale, a darle a la musiquilla. Imposible no estar despierto. Tanto, que cuando me quiero dar cuenta me he quedado solo en casa, y eso que somos más de quince sin contar al conejo. Me bajo a la plaza a comprar tabaco y el periódico, y luego me tomo una cervecita, como un señor, en una mesita, a la sombra. Y a ver pasar gente disfrazada de lo propio. Siguen siendo mayoría mujeres.

Quedamos a comer los quince, sin conejo, en un praín (prado pequeño) con restaurante que hay en San Martín, a las 15:30. Media hora más tarde, con puntualidad espartana, aparecemos todos. Hace un calor de derretirse. Pero a eso de las cinco y poco las nubes, esas estupendas aliadas, descargan una bendita lluvia que mejora cualitativamente el ambiente. Nos vamos a casita. Siestón del copón.

Luego, a cenar a El Cerezo unos huevos con patatas y cecina de León mientras el resto de la familia, trece sin el conejo, se va a ver el fútbol y a comerse unas pizzas. Como son las fiestas en el campo junto a la iglesia y han venido un par de grupos de los de toda la vida nos vamos a ver –cervecita en ristre- cómo otros bailan pasodobles, cumbias, salsas, rancheras... Alfonso y Marisol se arrancan y corren el riesgo de ser nombrados los reyes del mambo. Poco a poco, escalonadamente, vamos desapareciendo rumbo a casa. A eso de las cuatro de la mañana me da sed y bajo a la cocina. Desde el alfeizar de la ventana, Rocky, el conejo, me vigila.


Domingo 16 de Agosto

El mundo gira, pero es insuficiente. Sartre a los 70 años confiesa que sus compañeros de generación son una mierda, que la vida que le toca transcurrir, cada vez más ciego y sordo, es una mierda, que todo es una mierda. Y se arroja en los jóvenes brazos de los chicos que revolucionan el 68. Poco le importa que lo zarandeen, poco le importa que se defina mal, que su intelectualidad le juegue la mala pasada de soltar incoherencias de viejo baboso. Sus nietos le reciben con los brazos abiertos y él se siente joven: vuelve a escribir, a sentirse útil, vuelve a tener cuarenta años cuando se pone ante un escritorio. Bastaría quedarse a cinco metros cuadrados de uno mismo, sortear las calles, refugiarse en una cafetería, leer la prensa, dejar que los otros te ignoren, con el mismo respeto con que tu quisieras ignorarlos. El mundo no es insuficiente, sino uno mismo. No tengo solución. Todo lo que pudiera haber pasado hoy carece de importancia. No busques la soledad: siempre habrá alguien velando por tu fracaso.


Lunes 17 de Agosto

Cuaderno de bitácora. Nave estelar Superonís en viaje por la galaxia. Día 17200008.

Los integrantes de la nave abandonan la misma a temprana hora estelar hacia diversos planetas y estaciones de tránsito, unos al planeta Gijón, otros al planeta Oviedo, otros al asteroide Cangas. Unos pocos, enfermos o aburridos se quedan a bordo ocupados en diversas labores extrañas o de mantenimiento. Al final del día, escalonadamente, van regresando de sus respectivas misiones sin bajas aparentes. Como alguien no ha previsto que las especies predominantes del planeta Benia, que es donde estamos estacionados, son el conocido mosquito cabrón y la araña puñetera, y se ha dejado abiertas todas las puertas y claraboyas de la nave, sufro un ataque nocturno de las mismas, producto de lo cual me temo que amaneceré lleno de ronchones. Hala. A cagar a la Vía (Láctea).


Martes 18 de Agosto

Ya se sabe, como hace sol, a la playa. Y como pasa siempre, al llegar a la playa, nublado. Para desconocedores del asunto Oriente de Asturias, Benia está a 20 kilómetros mal contados hacia el interior y para llegar al mar hay que cruzar una cordillera, así pues si hay nubes a un lado es que el otro está soleado y viceversa. Aprovechando mi agilidad intrínseca y mis ganas de hacer pasar un rato divertido y amable a la concurrencia a poco de instalarme en mi sillita verde fosforito y de abrir el libro de Camillieri se vence el respaldo y quedo tumbado panza arriba, aprisionado por los posabrazos, como si fuera un galápago. Me agito y pido auxilio, pero como toda la playa se piensa que es una actuación sólo escucho risas. Incluso un individuo próximo se tapa con un periódico cada vez que giro la cabeza a su posición. A fuerza de deslizarme y llenarme de arena la espalda –qué asco- consigo al final incorporarme, saludo al personal y me largo. Tras la comida y tras echarme una incomodísima siesta en una silla de bar, también verde, nos vamos de vuelta a Benia. A partir de aquí la tarde noche se pone la mar de divertida y le salen dos estupendos rombos.

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