I
Con el tiempo han comprendi-
algunos santos varo-
que quien toca en mis cojo-
no plañe bien de mi olvi-
Aunque también se ha sabi-
que esta ley, por enuncia-
tiene su mucho de almoha-
y su perfil decaden-
Quien quiera pues, que lo inten-
a ver si no pasa na-
II
De tus poemas, Fermín,
veo que en algunos callas
por prudencia, en otros hallas
sorpresas de cafetín,
y en el resto, al fin, ¡por fin!
contemplas cómo la luna
brinda voz sin rima alguna
bajo tus versos. Qué propia
va ligera tu fortuna
sobre las lindes de Inopia.
III
Vienes a mi casa, sola,
te hago café, cuento un chiste:
sentada sabes que insiste
poco el Urceloy. Te mola
sonreírme, una aureola,
y un guante que se descalza:
aunque vestida, te realza
la utopía y mi deseo.
Con tu piel sólo, yo creo
poco mi valor va al alza.
IV
Toquen otros chirimías,
bandurrias y panderetas,
que en tocando yo unas tetas
me soy todo en alegrías:
plañendo estas sinfonías
que afinan los corazones
bien puedo, por abluciones,
tocar órganos más suaves:
donde los labios son llaves
de instrumentos a pistones.
V
Para George Clooney, of course.
Dices, Manuel, que lo “in”
venido de “Guasintón”
es adoptar un lechón
por mascota. Y a ese fin
tienes ya en casa un mastín,
un pez tigre, dos faisanes,
tres hamsters, cuatro alacranes,
una iguana, un cocodrilo,
una víbora del Nilo
y un cerdo blanco de Llanes.
VI
Cuando salgo con Sullé-
por la Dehesa de la Vi-
a andarnos un par de mi-
con Oto y Nana, los pe-
y pasamos junto al Ce-
de los Locos de retor-
dejando atrás el contor-
de Guadarrama y su sie-
solo pienso en los café-
y el Vichy de mis amor-
VII
Tu beldad desconcertante,
tus labios, tu genial torso,
tus piernas, que son del corso
patente atrás y adelante,
tus manos, tu boca amante,
tus muslos, tras los que lerdo
no concibo más acuerdo
que el cuerpo que estereotipas,
tu piel, tu sangre y tus tripas
me pierden, amigo cerdo.
urceloy / febrero de 2010
viernes, 19 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Todo el Parnaso te ama
ResponderEliminar